jueves, 25 de marzo de 2010

[...] Mi miedo es ese: el compromiso conmigo mismo; el miedo a la nada, ese que me ciega y me nubla por completo. Mi miedo ridículo a lo que soy y no querer ver que no respondo a la diferencia que siento ser.

Querer sentir lo mio y no saberlo ajeno, sentir cerca lo que está lejos; entenderme es el desentimiento total. ¡Maldita indeterminación! Determinado a seguir varado en la vanidad de no verme reflejado. IMBÉCIL. [...]

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