Can't wait to see your face
When your front windows break
The lovers need to clear the road
'Cause this thing is ready to blow
I just wanna set you on fire so I won't have to burn alone
Then you, then you'll know where I'm coming from
Dame cuenta de que vivir esta vida no me satisface ni me da soluciones, de esas que en algún momento, exista la mínima probabilidad de ser puestas a prueba. Me canso, cada día me canso más y cada minuto que pasa es querer estar más lejos de lo que soy.
Nunca tuve la decisión ni nunca la voy a tener, siempre me voy a culpar a mi mismo de no poder dejarme ser lo que quiero ser, lo que quiero ver y lo que trato cada día de intentar conocer.
Me canse de dar vueltas en este carrusel sin nunca poder probar el algodón de azúcar; estoy tedioso, estoy cansado, estoy dispuesto a nada. Nunca me voy a bajar, voy a seguir disfrutando cada paseo, y cada click que suene me va a advertir que pasó un segundo más de expectación; ¿esa bomba se va a desarmar sola? ¡Pues llamemos al valiente desactivador! El me tiene que dar una mano, estirarme algún deseo que le sobre por ahí.
Estar sentado no me da perspectiva y lamentablemente ningún aliado me va a traer un vaso de whisky. ¿Cómo se supone que un director de escenarios despectivos vaya a poder trabajar sin su dosis de fascinación, sin tener su momento de lucidez? ¡Quiero ese vaso de whisky! ¡Y lo quiero ya!
“No me tomés por boludo”, y me tuve que comer las palabras. Y yo acá, sin tener mi libertad encerrada en un vidrio cristalino. Un hielo, un poco de vida de botella irlandesa y subo, te juro que subo; ¿acaso nadie me escucha?
Ningún chiste que digás me saca de esto, ningún dicho de tablón me da memoria, si te tengo cerca siempre. Me faltan un par de pasos y llegué al final de la escalera. ¡Listo! Programa terminado, me puedo sacar el maquillaje. “Pasame el algodón con acetona que del resto me encargo” y ni así logro respuesta.
No consigo libreto, no consigo momentos de libertad, no tengo sueños que no se puedan romper. No tengo líneas que memorizar, entonces ¿a qué estoy jugando? ¿Qué espero?
Nadie me tapa las luces, si siempre las tuve en mis manos y así las maneje; por algún motivo que no entiendo, este actor principal se convirtió en iluminador y telonero.
Y al final de cuentas pienso: ¿quién me va a pagar por un papel que no hice? Si nunca me pude bajar de esta calesita delirante, nunca pude dejar mi verdadero rol superpuesto con mi ironía; siempre el rol de supremo me sentó perfecto, siempre supe calzar de manera sublime en su calzado. ¿Ahora que hice mal? Cierto, recordé. Nunca me pude bajar del “gira-que-gira”, nunca conseguí el whisky por mis propios medios, siempre esperé que alguien me diera su compromiso cuando nunca entregué el mío, sigo todavía dando vueltas; ¿qué tendrás algodón de azúcar que siempre quise probarte y nunca lo conseguí?
No quiero seguir pensando que puede ser y no, que cruzar la frontera es algo que solo es tuyo y no mío. Quiero mar con sal, sin el azúcar de tu amor, quiero ver tu voz en el viento.
No me gusta sentir que soy tuyo si no sos mía, sin embargo sigo pendiente de vos, de tus cosas, de tus “quiero” y “necesito”
No, no quiero tenerte en mi cabeza todo el tiempo, sin saber si sos algo más que un intento de amor, un arrepentimiento brusco de mí ser, o si sólo estás porque estás y no es lo que necesito.
Quiero tenerte, quiero que me tengas, y sólo por un segundo ser dos, ser uno, ser lo mismo y ser distintos; tenerte en mis brazos para devolverte.
Poder fumar un cigarrillo, tomar una copa de agua y vino y poder seguir caminando juntos sin decir lo que sientas en tu corazón, quiero ser mío, quiero ser tuyo y nunca decir que sos mía; quiero estar pendiente de mí y de tus ojos, siempre y cuando me miren.
Quiero ser tu gigoló, tu droga, tu nicotina y tu café; no quiero tener mis sentidos hundidos en vos.
Mi cabeza rueda a mil por hora, siento tu suspiro en mi hombro y tus ojos sudan lágrimas de rencor; no quiero mancharme, no quiero tu rímel en mi remera.
Quiero ser todo tuyo y todo mío, por un minuto dame ese placer, por horas tratar de quitármelo. Sólo quiero lo mío, no quiero más chocolate derretido de tu freezer; dame vino y sigamos caminando.
No vale la pena seguir sintiéndome tan solitariamente completo en este espacio sin dolor, si sólo pretendes estar en soledad con migo. Tus palabras me centran al mismo tiempo que me quitan ese aliento de vino que escurre por mis labios sin estar seco todavía. No quieras sentir mis labios, sino vas a limpiar la gota borgoña que cae por la comisura de ellos. Prefiero una servilleta.
No toques mis manos si no vas a hacer latir mi corazón, si sólo fuera una mentira estaría completo, pero sé que no es nada más que un simple boceto de tu tiranía hacia mi corazón. Sólo quiero ser yo mismo, dejarme llevar por tus ocasos de soles que no nacen, y así, si tal vez todo sale como espero, poder sentir tu corazón latiendo junto a los recuerdos de los míos.
No esperes que te de las gracias por hacer de cuenta que me amas. No quieras mentirme con esos ojos amarillos de envidia, no quieras cambiar mi color de azul a verde, intercambio facetas de tu personalidad errante. Si algo debo agradecer ahora es justamente esa necesidad de vos, ese deseo irrepetible que me pide a gritos que te quite la sonrisa con un beso mío.
Quiero pisar el agua sin dejar la arena, saber que tengo seguridad de no quedarme parado.
No pensar en volar ni en no extender mis alas, entender que soy libre de hacer.
Es como querer vivir una vida sin dejar nada de lado, querer viajar por el mundo, conocer a cada ser humano y aún así, tener trabajo fijo de oficina.