lunes, 8 de febrero de 2016

Costumbre

Mientras escribo esto, siento que el mate está muy caliente y que el cigarrillo armado que estoy fumando se va a apagar si no sigo dándole pitadas. Es difícil, a veces, querer hacer todo en el mismo momento, pero se siente bien saber y entender en qué posición estoy. Después de todo, el mate no está tan caliente, sino que mi lengua está muy sensibilizada.


La sensación de soledad que me invade no se siente fulminante. Es espesa, pero se siente liviana. La tradición que siempre tuve, esa de ser solitario, una oveja disfrazada de lobo que atrae problemas, es parte de mi historia y aún tengo que solucionarlo. No quiero volver a caminar por la sombra, si no es acompañado, pero la soledad es estable y sirve.

No hay comentarios:

Publicar un comentario