domingo, 22 de septiembre de 2013

Dosis.

Esa noche fue una de las cosas que no voy a olvidar jamás.

Tuve la oportunidad de ser amo y maestro, "ciervo" y animal. Tuve la oportunidad de ser pecador en el sistema de creencias que manejamos. Tuve el sentimiento más puro, seguro, en mis manos y lo tiré como si nada.

Tuve la gerencia, todo. Estuve a punto de gritar y me quedé callado. Hoy pienso distinto, más humilde. Hoy pagué las cuentas y no tengo más peso en el cuerpo.

Pero no, tenés razón. Siempre uno tiene que pagar por lo que ha hecho. Y hoy me toca pedir perdón. Mañana me hago cargo.

sábado, 21 de septiembre de 2013

¿Cómo medimos el tiempo?

Todo estaba muy normal esa noche. A lo mejor, demasiada normal.

Normalidad, y todo lo que ella incumbe y extrae. No, dejemos la honestidad de lado y centrémonos en esa escena.

el cuerpo que baila, se mueve. El cuerpo que sede, bebe. Y así podemos seguir durante toda la jornada. Eso sí, ocho horas de trabajo, nada más. Mañana vamos a poder pensar mejor pero dejemos que siga la cuestión y no inmortalicemos nuestros rostros cuando veamos el desenlace.

Habrán sido ¿qué? ¿Las tres menos cuarto? Similar, seguro. De lo que estoy seguro es que nunca entendí la dinámica de boliche. No, nunca. Es cierto. Siempre me valí de otras cosas para relacionarme. Creo que es mi centro de gravedad el problema. Hablamos de eso otro día.

!Puto por acá, chica por acá. Esa es... ¿Ceci? Puede ser. Son mellizas y las dos son lesbianas. Hablé con una una vez... creo".

"Esta sí, esta no, esta sí, esta no sé". Yo, afirmando sólo en mi cabeza si mi mejor amiga se las había cogido o no. "Mañana me voy a arrpentir". Ahora pienso si realmente fue al otro día o hace recién unos meses que medí las consecuencias de mezclar la amistad y el sexo.

NO. No es un error común de todos. Yo, como soy, necesitaba tener esa dinámica perversa sólo por diversión. Psicópata no es el que quiere... es el que puede. Y el profesor Gideon de una muy buena serie que miro, viene a mi cabeza. Es necesario.

Y así va esto. Es una lista de cosas que tengo que hacer esta noche. "Ese de allá usa drogas duras, no lo saludo. Acá tengo los cigarrillos. ¿Quién tendrá un porro? Y no pienso dejarlo solo en TODA LA NOCHE". Sí, las mayúsculas, acá y antes, son necesarias.

Yo y las aposiciones en Lengua. Nunca fui bueno, pero soy un maestro en otras cosas.

viernes, 20 de septiembre de 2013

¿Las berenjenas se pueden comer calientes?

La piba de pelo rubio pensaba que tenían que fijarse primero. Ni bien pudo salió corriendo y casi tirándose sobre Ugo le dio una caricia inspectora en el cuello.

-¿Y ahora? -su voz era calma, tibia y repetitiva con cada gesto que pronunciaba en su cara. Se levantó del piso y arremangándose el vestido ceñido de tela suspiró algo bastante emotivo - Fijate cómo lo arreglás.

Juan no decía nada porque estaba en la silla temblando casi de miedo. Siempre fue el más débil, pero tenía una buena imagen del dolor y eso transmitía experiencia. Sabio, como se sabía. Pero ni el temor o las ganas de fumar vieron cómo Julia le dio a Ramiro su tarea.

Era un escena, a lo mejor, un poco trillada. Un poco de Hollywood, cine nacional de autor y un recuerdo grabado en la cabeza de uno de ellos. Siempre, siempre, con cierto retoque personal. ¡Con todo el retoque personal que exista!

Siete sillas. Una en el piso y siete platos se estaban enfriando. La historia va a ser la misma de siempre. Una mezcla de suspenso y ese aroma a familia que no te puede dejar tranquilo. Pero el componente primo en esta escena, que recorre el resto de los hechos que aún nadie revela, es la tranquilidad.

La tranquilidad es un estado caótico de emociones que de alguna forma se cancelan entre sí, sólo por ese momento. Después vienen las culpas, el llanto, la desesperación y si todo sale bien, los pasos que se consideran adecuados para ese duelo. El tiempo es algo bastante relativo, así que creo que nadie le está prestando atención. No sólo el que escribe, si no la misma letra lo define.

Pero la descripción le ganó, como tantas veces lo había hecho antes, el objeto al relato y es algo un tanto redundante. Como ahora. Esto mismo, es sólo la consecuencia de un lado peleando con el otro.

Siguiendo esa lógica exageradamente prolongada e intrincada, sabemos que Juan no estaba tan emotivo esa noche. Sólo la tranquilidad.

Fue el único que se logró darse cuenta de que estaban tocando el timbre de la casa. Juan sólo pensó para sí mismo "¿cómo?". Logró incorporarse, como suele hacer en situaciones de emergencia, y atendió.



El amo / El conejo.

Mientras estoy cerrando la ventana empiezo a pensar. Mi cabeza se mueve lento, tal vez, dejando que dure más tiempo del debido el girar de la llave. Y yo con mis pensamientos y las ideas, que ya convertidas en hechos simples, van volando a una velocidad difícil de definir.

Un paso es ir hacia dónde querés, o no. Siempre entendí a la libertad como la capacidad de limitar nuestros actos en pos de otra cosa. Sí, siempre lo pensé igual. La Monogamia, la política, las sonrisas y hasta cuánto vino podés tomar. La libertad nunca fue libertinaje. Porque, de ser la segunda palabra, sería un orden. Llegaría a tal desastre experimental que se convertiría en eso que tanto odia: el orden.

No me como el verso de nadie. No les creo a esos que hablan de vivir como Sharon Stone en Basic Instinct (la primera, por favor, la primera). No le tengo a miedo a decir: "uno sólo para lo que sea que dure, antes que tenerlos todos y durar un segundo". Con todo. Todo. Siempre usé esa regla para medir las cosas.

Tal vez un personaje haya usado la misma que yo. Y seamos uno al compararnos en el actuar. O simplemente, yo inventando actores de mi otra realidad.

El amo / El conejo. 20/09/2024