sábado, 21 de septiembre de 2013

¿Cómo medimos el tiempo?

Todo estaba muy normal esa noche. A lo mejor, demasiada normal.

Normalidad, y todo lo que ella incumbe y extrae. No, dejemos la honestidad de lado y centrémonos en esa escena.

el cuerpo que baila, se mueve. El cuerpo que sede, bebe. Y así podemos seguir durante toda la jornada. Eso sí, ocho horas de trabajo, nada más. Mañana vamos a poder pensar mejor pero dejemos que siga la cuestión y no inmortalicemos nuestros rostros cuando veamos el desenlace.

Habrán sido ¿qué? ¿Las tres menos cuarto? Similar, seguro. De lo que estoy seguro es que nunca entendí la dinámica de boliche. No, nunca. Es cierto. Siempre me valí de otras cosas para relacionarme. Creo que es mi centro de gravedad el problema. Hablamos de eso otro día.

!Puto por acá, chica por acá. Esa es... ¿Ceci? Puede ser. Son mellizas y las dos son lesbianas. Hablé con una una vez... creo".

"Esta sí, esta no, esta sí, esta no sé". Yo, afirmando sólo en mi cabeza si mi mejor amiga se las había cogido o no. "Mañana me voy a arrpentir". Ahora pienso si realmente fue al otro día o hace recién unos meses que medí las consecuencias de mezclar la amistad y el sexo.

NO. No es un error común de todos. Yo, como soy, necesitaba tener esa dinámica perversa sólo por diversión. Psicópata no es el que quiere... es el que puede. Y el profesor Gideon de una muy buena serie que miro, viene a mi cabeza. Es necesario.

Y así va esto. Es una lista de cosas que tengo que hacer esta noche. "Ese de allá usa drogas duras, no lo saludo. Acá tengo los cigarrillos. ¿Quién tendrá un porro? Y no pienso dejarlo solo en TODA LA NOCHE". Sí, las mayúsculas, acá y antes, son necesarias.

Yo y las aposiciones en Lengua. Nunca fui bueno, pero soy un maestro en otras cosas.

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