domingo, 18 de julio de 2010


No es correr porque querés entender; estás caminando lentamente y disfrutás de cada charco de agua que te salpica y te moja los pies cuando te movés. Cada palabra transformada en idea que recorre tu cabeza te trae paz; eso no tiene valor.

No vas tildando quehaceres en tu lista de “interminables”; ya no hay estructuras que te limiten. Las pocas que quedaban persisten sólo por tu inocencia de querer seguir siendo lo que eras. El ogro de tu desdicha no existe, lo inventás; tu desdicha ya no es desdicha, tiene mala fama ya y eso lo desdibujaste hace tiempo.

Desdibujaste el interior de lo que eras en pos de un tratamiento sutil y extenuante de tus ideas principales y tu moral. Ahora quedás solo con vos mismo, te mirás al espejo y te gusta lo que ves. Lo lograste, revolucionaste tus interiores, cambiaste tus cimientos y los corriste, pero te llevaste las principales vigas de tu entender porque eso es lo que te mantiene con interés en seguir transmitiendo ideas en diálogos perfectos con tu “yo” interno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario