miércoles, 30 de junio de 2010

TEORÍA DEL "HOLA, TE QUIERO CONOCER"

¿Vamos a pasear al jardín? – y yo miraba tus labios e imaginaba cosas.

Acto seguido dijiste que no podíamos ir a caminar sin mate; pusiste el agua a calentar y yo me senté en la mesada y prendí un cigarrillo. Hablamos de banalidades, de boludeces. Me contaste de tu ex y yo fumaba y seguía mirando tu boca. Te conté de mi vida y de mis decisiones y me pediste una seca. El agua se hacía esperar.

Si hay una buena razón para ser argentino es el mate. Es la espera del agua caliente. Siempre (y es ley), mientras el agua va alcanzando el punto de éxtasis matero, las palabras fluyen. Se empieza con una charla que se va a extender entre cebada y cebada. Empezamos a tirar disparadores, hacemos un resumen de lo que queremos hablar y damos paso a lo que no queremos decir. Hay una especie de simbiosis entre el mate y las miradas, es cierto.

El vapor salió, tomaste la yerba y toda la parafernalia típica y salimos por la puerta. Caminamos un rato mientras buscábamos algún lugar digno de escuchar nuestras peripecias y vicisitudes diarias. Un poco más de pasos y ahí estaba el árbol chico, que da poca sombra; sombra suficiente para albergar a dos mendocinos que no quieren sufrir bajo el sol y prefieren pasar frío bajo la figura negra que se dibuja en el piso.

- ¿Sabés que ayer leía un libro y me acordé de vos? – me diste un mate y empecé a tomar.

- ¿Por qué? Hablaba de algún tipo de trastorno de personalidad múltiple o de cómo hablar con alguien que está muy chapa para ser entendido por la psicología común.

- No, gil. – y terminé, te pasé el mate y me sonreíste – Hablaba de la gente y el sexo, de cómo nos relacionamos y de qué pensás cuando tenés en frente a alguien que te quiere.

- Ha, por lo visto era muy amplio el texto. ¿No será de tu autoría? – lancé una carcajada cómplice y sonreíste, mientras tomabas mate y te quemabas la lengua.

- No, no soy tan complicado. Soy sincero y simple. Si escribiera un libro de este tipo tendría un título tipo: “Te quiero dar masa: pasos simples para ir a los tomates”. – Nos reímos los dos, me diste otro mate y no lo tomé inmediatamente porque preferí seguir delirando y, mientras imaginaba frases ejemplificadoras, darte a entender que quería darte un beso y pasar más tiempo con vos.

- “Cómo partirle la mandarina en gajos a tu objeto de afecto”

- Pasos simples para meterte en los pantalones de quien querés”

- “Guía lógica de entendimiento humano: todo pasa por el sexo”

- “Informe teórico: dejémonos de tanto prefacio y pasemos a las cachetadas, compadre”

- “Apurate que mañana se te va: historia de hechos y desechos, el amor no afecta a nadie”

- Jaja – y tu sonrisa dulce, la misma de siempre – te salió el romántico de adentro, lo tenías guardado.

- “Lobo boludo date cuenta: con la oveja no vas a ningún lado”, yo creo que ese se aplica más a esto, ¿no? – un silencio vino y se quedó. Un silencio vino y no se iba a ir y yo estaba tirado contra un árbol pedorro y todavía pensaba que las inexistentes realidades de los mensajes subliminales seguían ejerciendo presión.

Seguimos un rato más. Hablando de otras cosas. Hablamos de lo que pensábamos de la política actual de los Kirchner. Debatimos un rato, porque yo no soy católico y creo que dios no existe y vos creés en eso. Después me hablaste de qué querías hacer con tu vida y de que te sentías un poco presionado por tu familia. Yo di todas mis razones y te motivé a irte a vivir solo y a hacerte cargo de vos mismo. Nos reimos mucho cuando recordamos que éramos dos pelotudos hablando de cosas sin sentido. Ahí fue cuando caímos en la cuenta de que eran las 7 pasadas y que vos tenías que irte.

Seguimos hablando, porque dijiste que preferías hablar conmigo. Seguimos riéndonos. Me dijiste que me ibas a prestar un libro y yo no quería. Acá fue donde la cosa se puso jodida porque tocamos de nuevo el tema conflictivo: el amor.

- A esto...

- ¿A esto? – no entendí qué querías decir y me quedé mudo por un segundo que se hizo eterno en mi cabeza; muchas imágenes pasaron y muchas ganas tuve de darte un beso y romper con la rutina y decirte que te quería y que quería tenerte cerca, que quería soñar con vos, compartir la misma almohada en una cama de una sola plaza y que lo único que me lo impedía era mi pelotuda convicción de no ser suficientemente hombre como para poner los huevos sobre la mesa (o sobre el pasto, ya que estamos hablando de un jardín) y decirte simplemente que me gustabas. – No entiendo.

- Nada, dejá. Igual nunca tenemos tiempo para hablar de estos temas, señor. Tarde o temprano tenía que pasar. Mañana te doy el libro.

- Esquívalo, dale. – y mis ojos me informaron que el agua se había acabado hace rato. El mate estaba frío y el termo estaba tirado por ahí. Muchos puchos habíamos fumado y estábamos más cerca que lo que nuestros cuerpos habían dictaminado en un principio. - ¿A qué te referís?

- Si te doy un beso, ¿te vas a ir caminando por donde viniste, me vas a cortar el mambo de primera vuelta o te vas a quedar para responderme con otro beso?

- No me negaste un mate, por más caliente que haya estado el agua me lo banqué como un caballero. Y un beso no se le niega a nadie, me dijeron. Considerando las circunstancias y viendo todo en un contexto más amplio, nunca me iría ni mucho menos te cortaría el mambo de primera. No le quiero dar la razón a mi patología amorosa cobarde de siempre esperar a que el otro de el primer paso, pero creo que voy a desenvolver tus intenciones a mi favor.

No cambiaste la cara de a poco; fue un súbito enrojecimiento de tus mejillas y una sonrisa, luego seguida de una risa escandalizadora. Ahora cuando miro con perspectiva me pregunto: ¿de qué sirven las indirectas cuando no son reconocidas como tales?

martes, 29 de junio de 2010

L - OVE

The birds and the bees
are so hard to please
They sing so sweet and sticky
Sucking the sugar
licking your lips again
Barely get you undressed
before you get in a mess

It's na-tur-al don't let it
swoon up again
running the race again

L-ove

Love is here to stay
Don't you go and turn it away
Love can be your friend
We all need love in the end

Your hearts pumping dreams like gasoline
And you're ready to roll so do it
Look it in the eye
Don't creep up behind
Makes you feel so nice just give it a try
Just get the motor running
Started with a kiss
Then the fingertips


Yeah, you make me wanna listen to music again.

miércoles, 23 de junio de 2010

LOBO, de nuevo

Tan distante y tan calmo. Y la sonrisa que sigue siendo guía de alegría.

No tiene sentido, no. No me puedo ver sumergido en tal drama; tal ridícula expresión de sólo tener que necesitar.

Me niego a decir que sí porque no das señal de que querés. Y la confianza no sigue creciendo, se estancó. Se quedó atrapada en una transacción de pensamientos virtuales del amor y la vida misma; y nada ahora.

Y yo me rio y sigo intentando crear el espacio. Tomar la cámara perfecta del engaño del amor y la foto no sale. La foto no sale, compadre; se vela y el viento la calma cuando tenés la premisa de que vamos a salir volando y corriendo en busca de algún licor del día de hoy.

Es la ridiculez de vivir soñando, sintiendo que tengo algo cuando no es cierto porque ni siquiera ma atrevo a mirar el panorama y dar batalla.

Vamos que conquistamos. De nuevo, el lobo cobarde que no se anima ni a un “hola, te quiero conocer”. Lobo zopenco.

lunes, 21 de junio de 2010

EL AMOR Y SUS VERDADES

Me enamoré de la idea. Ese fue mi error, y no me arrepiento. Reflexiono, justifico y sostengo. Mi error es lo que tengo para defender lo que hoy escribo. Ya es un error que no es error.

El amor y lo que siente el amor.
El amor y lo que siente el enamorado.
El amor y lo que siente el enamorado.
El amor y lo que es el enamoramiento.

Mi tesis y mi fantasía.

¿Nos enamoramos del amor? Cupido juega a las cartas con Afrodita o alguna de sus putas y yo acá, caminando mientras miro tus manos al vaivén de tu caminar. ¿Y Cupido? Su preocupación más grande es si tiene un 7 de espadas para poder cantar “retruco”. No, nos jode. Se rie y se mofa de sus súbditos. Pobres ilusos dispuestos a ser blancos de las flechas que este tipo con alas y pañal no lanza.

¿El amor? Jugamos juntos a la balanza; ver quién cae primero por el peso de su idiotez. Porque caer en el amor eso es: perder la razón, cantar a nadie y sentirse pleno. A nada ni nadie le importa cuántas luces ves en cada mañana de sábanas dispersas y besos encontrados. A nadie ya le preocupa si tomás el café con dos o más cucharadas de azúcar. Es simple, la cordura ya la perdiste. El amor te detuvo, te agarró y te lavó el cerebro; de paso dejó mariposas bailando alguna danza lujuriosa en tu vientre. El amor te atrapó; Cupido sigue sin poder sacarle puntos en el envido a su golfa preferida.

Enamoramiento: razón de ser de dos idiotas que empiezan a ser más idiotas cuando se miran derecho a los ojos. Sigamos jugando, sigamos en esto. Me rio y pienso: ¿qué necesidad de perderse en este remolino de idiotez indiferenciada? Y la palabra idiota se repite, sutil.

No estoy de acuerdo con nada; por certeza tomo lo que no es porque en mi experiencia he visto que vos y yo somos eso. Y todos nos reimos y hacemos apuestas y debatimos: “¿quién caerá primero?” Y ahí se hace luz lo que antes era húmedo de oscuridad y lo que estaba apagado se enciende. Sigamos jugando, apostemos y yo hoy digo que “Cupido puede seguir jugando pero yo pongo todas mis fichas a la puta nº4”.

Al final del día, el amor es juego. El amor se prende, se paga y sigue en marcha. Nada lo detiene y no tiene que perder un turno para seguir en la lucha por el final. Si todos tuviéramos certeza de que vamos a perder, nadie jugaría y quedaríamos todos tirados, sin fichas y con muchas ganas de patear a Cupido. Sigamos jugando, sigamos apostando. Mañana voy y me saco la lotería, total. Mañana saco la lotería y no voy a darle un peso a ningún señor alado con flechas en su espalda.

viernes, 18 de junio de 2010

En pleno proceso

Un beso enterrado en la caricia que no me das, que quiero y no consigo. Mi suerte está echada; a jugar muy bien las cartas. Mostrarte mi destreza en el juego que tengo en frente. Dale, que sigo yo y en esta mano te gano.

Un amor de siesta que ni el mismo Casona podría haber descrito mejor. Un sentimiento confuso, simpático y lujurioso que no quiere salir de mis venas, se queda en mis muñecas y espera que sientas el sabor del perfume que llevo impregnado.

Soy lo que siempre quise y es felicidad envuelta en terciopelo. Sos lo que siempre quise y aún así todavía la distancia se acorta mientras la amistad surge cuando no existe en mí. Te vi, me gustaste, no te enamoré y tengo sueños en los que soy todo tuyo. Así es esto de la cosa nueva, del amor encarcelado con porcelana china, así es.

Cantame las mañanas y despertame con un café cargado, brindemos con el estimulante preferido del que trabaja; brindemos por una noche de libertad de las más condicionada. Brindemos juntos, mientras te tengo al lado y alguna que otra mentira blanca se escape de tus dientes mientras te bese y me ría. Sí, me ría.

Cantemos los dos cuando no estemos juntos y que el agua de la lluvia lave nuestros labios con su efímera humedad, llevemos este cuento más lejos y que se convierta en descenso de perturbados que dicen que amar es de locos, de pervertidos y de degenerados. Brindemos con ellos, destapemos una fábrica de licores y prendamos fuego las calles: hoy los amantes están de fiesta, y el pueblo entero tiene que festejar con ellos. Con cada beso se hacen más fuertes y ya se sienten dueños del mundo.


miércoles, 16 de junio de 2010

JUMP


I haven't got much time to waste
It's time to make my way
I'm not afraid of what I'll face
But I'm afraid to stay
I'm going down my road and I can make it alone
I'll work and I'll fight till I find a place of my own

There's only so much you can learn in one place
The more that you wait The more time that you waste

I'll work and I'll fight till I find a place of my own

It sways and it swings and it bends until you make it your own

martes, 15 de junio de 2010

CHARLAS Y CONFESIÓN[3]

Confusión, deseo, desesperanza. No, no quiero sonar en default con mis propias ansias y aspiraciones pero es la realidad. Mi minuto, hoy.

El tiempo que no es cuando pasa al lado mío y me grita al oído que las cosas no están bien. No hay dolor, hay angustia y no hay felicidad, existe una sonrisa y un monólogo rutilante perfecto para enamorar a las masas. ¿Y qué conmigo? Nada, absolutamente nada porque sigo siendo el mismo. El chico perfecto que está siempre, atiende todos los llamados, saca fuerzas de donde no tiene y presta el hombro para el llanto de cualquiera.

Tal vez ese sea el problema: genero confianza, genero fortaleza en los demás. Es como… ni eso sale, ni una descripción disponible de lo que tengo ahora adentro. Soy el espejo que dice lo que sos, lo que querés y lo que necesitás; te ayudo, te entiendo, te agradezco, te surto de ideas para un debate entre tus sentimientos lógicos y una lobotomía frontal. Soy el perfecto pelotudo que calza en los zapatos del amigo, del que siempre está.

Hasta en mis peores momentos de debilidad me olvido de la herida que sangra, se infecta y se esparce como cáncer por mi piel y mis sentidos. Todo por el otro, por el que ahora necesita de mí. Y guardo los frascos, guardo las gazas, la jeringa y las pastillas. Me envuelvo en papel celofán, me pongo mi mejor camisa, seco las lágrimas de la angustia bondadosa y salgo perfecto. Discreto, la ilusión de entendimiento para los demás. Soy la víbora que nunca ofreció las manzanas y aún así se quedó sin piernas, todo en pos de la expulsión del hombre del Edén. Ofidio imbécil.

¿Qué sos? ¿El bufón enviado para aplacar toda la infidelidad del mundo hacia la bondad? ¿Sos, acaso el murmullo de lo que nadie quiere entender? Simplemente no. No sabés si sos puro o masoquista; no tuviste y no tendrás nunca bien delimitado el contorno de una cosa y la otra. De nuevo: ofidio imbécil, bufón y sin sentido del humor. Te perdés en el humo de la convicción idiota, te gusta lo que sos y querés seguir en lo mismo. Te nutrís de lo que te mata y de a poco, de a poco poquito te vas a ir consumiendo en el humo de tu propia naturaleza.

Y todo para qué, para hacer uso de mi disfraz y que me leas, me digás que no tengo razón y salga de nuevo este caballero de armazón de aluminio; no se irrita, no grita, no se oxida y dura para toda la eternidad.

¿Y qué hay ahora? Me voy a la nada, solo, conmigo mismo, me fumaré un par de puchos, tomaré un poco de vino y dejaré que las estrellas y las nubes que amanazan con llover me len la mente y me respondan la duda existencial que se percata de mi idiotez.

lunes, 14 de junio de 2010

CHARLAS Y CONFESIÓN [2]



- El tema es así: vos vas – mientras miraba el cuello de aquel que hablaba, no me preguntés qué tenía – derecho y lo vas a encontrar.


- ¿Estás seguro? Mirá que me pierdo, no me sé guiar muy bien en estos temas. A lo mejor me tenés que volver a explicar y bueno… - me quedé helado.


- ¿Qué? – mientras me usurpaba la mirada penetrando lentamente mis sentidos con su perfume - ¿Qué te pasa? No me vas a decir nada, ¿no? Siempre igual


- ¿Siempre igual? Siempre igual. Ya entendía cómo funcionaba la cosa – El tema es que tenés que entenderme, no me guío y punto. – sus ojos me miraban, lo juro.


- ¿Tanto te aprecias? – y movía la cabeza, movía la cabeza - ¿Tan seguro estás de que sabés cómo llegar siempre y cuando tengas compañía? – y movía la cabeza, la movía – Vos sos un boludo.


- Sí, ya sé. Siempre pensé lo mismo, pero es así la cuestión.


- Cero actitud, hermano. Así no llegás muy lejos.


- Claro, si yo quiero llegar lejos; me quiero quedar con vos. – No, ya sé que no. ¿Nunca pensaste que a lo mejor no me quiero mover? – y movía la cabeza y se acercaba.


- Se acercó, no midió respuesta mínima en mis actitudes y se acercó; se liberó, me liberó. – Podés dejar de mirar mi cuello.


-
Ya sé que puedo, no quiero. Ese es el tema.


-
¿Entonces?


- Ahí está el tema, ¿entonces? ¿Me acompañás o no? – se acercó más, rozando la libertad explicada anteriormente en ningún lado. Se acercó, se acercó y listo. Volvió a su lugar. – Vas a tener que ir solo.


- - el silencio es muy fuerte a veces, es empírica mi afirmación.


- A menos que… - cambió la mirada, mostró una sonrisa cuasi perfecta y me dejó atónito.


- ¿A menos que...? – no entendía nada, limitó completamente mis ilusiones y me quedé en stand by. Lo juro.


- Vos seguime.- y su sonrisa perfecta.

domingo, 13 de junio de 2010

CHARLAS Y CONFESIÓN [1]

No sé, tal vez sí. Tal vez no, tal vez puede ser. Un sueño roto sin expectativas de ser reconstruido, un mal pasar del momento que viví y ahora quiero enmendar con nicotina y alcohol; no, no quiero, no preciso y lo anhelo. Ahora se vuelve jodido, se complica, se enreda en sí mismo y el pensamiento ya no es mío.

No es la voz, ni el roce de las manos que no entienden el porqué de esto que nace en mi cabeza y se transmite sin mensaje por todos mis nervios, no. La esencia de esto no tiene pureza, ni sentido, ni determinación, ni lucidez; ni siquiera se da vuelta y me mira a la cara.

El sueño ya no es descanso porque pienso. Soñar es pensar y no es con los ojos abiertos. Pensar es sentir y no tenés pulso y aún así seguís vivo. ¿Entonces? ¿Qué hago?

Un lobo sigiloso en la mirada y temible con sus asperezas. Un lobo ridículo, un lobo que no caza pero que no es vegetariano, come carne.


Insípido sabor de nada, la nada misma en su más extensa situación de regocijo. ¿Ahora qué sigue? Nada. Un lobo ridículo, que nunca cazó y no quiere cazar y que espera ¿qué? Una oveja que no es presa fácil y aún así se sigue disfrazando de su predador, eso es lo que es este lobo ridículo. “Oveja ridícula, no te enamorés, no servís.” Sos presa de nada y cazador de nada. Sos todo lo que otra oveja necesitaría y aún así no la encontrás. Seguirás siendo lobo de corral, agazapado en tu miseria, volcando con alegría tu perdón y sonriendo aunque tu pelaje sea esquilado.