El sueño ya no es descanso porque pienso. Soñar es pensar y no es con los ojos abiertos. Pensar es sentir y no tenés pulso y aún así seguís vivo. ¿Entonces? ¿Qué hago?
Insípido sabor de nada, la nada misma en su más extensa situación de regocijo. ¿Ahora qué sigue? Nada. Un lobo ridículo, que nunca cazó y no quiere cazar y que espera ¿qué? Una oveja que no es presa fácil y aún así se sigue disfrazando de su predador, eso es lo que es este lobo ridículo. “Oveja ridícula, no te enamorés, no servís.” Sos presa de nada y cazador de nada. Sos todo lo que otra oveja necesitaría y aún así no la encontrás. Seguirás siendo lobo de corral, agazapado en tu miseria, volcando con alegría tu perdón y sonriendo aunque tu pelaje sea esquilado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario